Salvadora-Medina-Onrubia

Salvadora Medina Onrubia

“Señor general Uriburu, yo sé sufrir. Sé sufrir con serenidad y con inteligencia. Y desde ya lo autorizo que se ensañe conmigo si eso le hace sentirse más general y más presidente (…). Soporto con todo mi valor la mayor injuria y la mayor vergüenza con que puede azotarse a una mujer pura y me siento por ello como ennoblecida y dignificada. Soy, en este momento, como un símbolo de mi Patria. Soy en mi carne la Argentina misma, y los pueblos no piden magnanimidad.” 

Estas palabras fueron escritas y enviadas por Salvadora Medina Onrubia al entonces dictador José Evaristo Uriburu, en 1931. Uriburu había clausurado el diario Crítica del que Medina Onrubia y su marido, Natalio Botana, eran dueños. La anécdota, que transcurrió hace casi cien años, es por demás conocida: luego de llevarla a ella a la cárcel de mujeres de El buen Pastor, sus compañeros de redacción y amigos pidieron “magnanimidad” hacia su persona, por tratarse de una mujer, madre de cuatro hijos. Ella, además de “cruzarle la cara con todo su desprecio” al presidente de facto con “iras de Júpiter doméstico”, declara su preocupación por el futuro de la Nación más que de ella misma, más que del diario, más que de sus hijos y de su marido. 

Este fragmento de la carta habla mucho de quién fue Salvadora Medina Onrubia como militante política y como escritora. Nacida en La Plata en marzo de 1894 pero criada en Gualeguay, se desarrolló como maestra rural hasta 1913, año en que se mudó a Buenos Aires. Allí situó sus primeros cuentos que enviaba para publicar a Fray Mocho, y luego reuniría en El libro humilde y doliente en 1914. Estos cuentos eran retratos de escenas escolares, de niños a los que la escuela como institución los acogía de las penurias y violencias que debían soportar en sus casas. Porque desde sus inicios, en su escritura, siempre estuvieron figurados los sentimientos como puertas de entrada al aprendizaje. Saber sufrir, saber amar, saber escribir sobre el amor y sobre el sufrimiento eran las proezas y los primeros intereses literarios que rápidamente enlazó con la política y la escritura periodística, al llegar a la Capital. Comenzó a militar en el anarquismo como otra forma de intentar nombrar, entender, aquella extraña relación entre inteligencia y sufrimiento, entre saber y sentir, y entre los mandatos de género – para las mujeres, el sentir y la magnanimidad; para los hombres, el saber y la confrontación política – que primero desde el anarquismo y luego ya directamente en su ficción, cuestionaría. 

Estrenó su primera obra Almafuerte ese mismo año, 1914, en el teatro Apolo convirtiéndose en la primera dramaturga en estrenar en un teatro porteño. Terminó de consagrarse como dramaturga en 1929 con el estreno de su obra más conocida, Las descentradas, en el teatro Ideal. Entre ese hito y su debut estrenó La solución, que estuvo un mes entero en cartel en su primera temporada en 1921 y tres días en su segunda temporada, en 1926; su novela Akasha (1924) y su libro de cuentos El vaso intacto y otros cuentos (1926). Colaboró en columnas teatrales en Crítica con el pseudónimo Dr. Brea y escribió dos libros de poemas, El misal de mi yoga y La rueca milagrosa.  

Si Salvadora Medina Onrubia es en su carne la carne de la patria misma, es también en su obra la historia de la literatura de su época. En sus textos constantemente hay preguntas acerca de los grandes temas literarios y su visión contra pedagógica sentimental da cuenta de que, si bien se alejó del anarco-feminismo cuando comenzó su vida de dramaturga profesional consagrada y directora de Crítica, tenía posiciones revolucionarias sobre los mandatos de género. 

Luego de escribir Un hombre y su vida, en 1939, su última obra de teatro, se dedicó a llevar adelante el diario Crítica y a defenderlo de diversos ataques de los diferentes gobiernos de turno. El summum de esta tarea fue Crítica y su verdad, un libro destinado a manifestar su disconformidad respecto a ciertas políticas de comunicación del gobierno peronista y a citar jurisprudencia que avalaba el accionar del diario y defenderse de difamaciones.

Murió en Buenos Aires en julio de 1972. 

Clara Charrúa

 

Bibliografía sugerida

  • Barrandeguy, Emma (1997). Salvadora. Editorial Vinciguerra. 
  • De Leone, Lucía (2014)  Desde el alma. En torno a la producción temprana de Salvadora Medina Onrubia. Escritoras latinoamericanas del siglo XX / coord. por Margarita Pierini, 2014, ISBN 978-84-92724-36-9, págs. 111-132.
  • Diz, Tania (2012). El doble femenino: obediencia o transgresión en Las descentradas de Salvadora Medina Onrubia y Dos mujeres- El amo del mundo de Alfonsina Storni. En Doll, D.- Alzate, C. (Comp.) Redes,
    alianzas y afinidades: escritura de mujeres en América Latina, siglos XIX y XX. Santiago de Chile (Chile): Univ. de Chile.https://www.aacademica.org/tania.diz/20

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